19 DE AGOSTO
Cada proceso de ensayos es único, tiene su historia que va tejiéndose ignorante de normas prefijadas: hay tantas cosas de las que se nutre... Pero hay ciertas etapas que, cada vez a su manera y a su ritmo, se van cubriendo. Estamos ahora en la recta final, y de pronto, por arte de la magia del teatro, la tensión que agarrota o impacienta se transforma en tensión que favorece, que empuja hacia delante, que da un giro a la percepción del reloj, del calendario, de todos los malditos instrumentos que calculan un tiempo impostor que no nos pertenece. Entonces ya podemos empezar a entender lo que estamos haciendo. Hoy siento un cansancio bueno, feliz. No entraré en detalles. Por la mañana, trabajo coreográfico intenso y luego un pase íntegro, ya con vestuario (estupenda Marie Laure), en el que hemos podido comprobar avances y percibir mejor las deficiencias, sobre todo de ritmo y transiciones. He decidido unos cambios importantes en un momento del desarrollo que parecía confuso: "La bayoneta" tendrá más sentido ligada a "Guerra de casas", de la que es consecuencia, y después "Anuncios", que finalmente haremos en el suelo y no sobre la pasarela. Muchas observaciones, sobre todo de Javier, Luis y Víctor, que han servido para plantear el trabajo de la tarde, que hemos dedicado a las transiciones. En cualquier montaje son importantes, pero en éste quizá especialmente decisivas, por la fragmentariedad de la estructura. Muchas pequeñas modificaciones y algunas grandes, en especial en las intervenciones de Silvia, una vez que tenemos más clara su situación en el conjunto. Hemos avanzado mucho en la claridad del desarrollo de la acción. Mañana seguiremos en ello, y pasado, y al otro. Seguiremos alternando pases seguidos y recapitulación de detalles.
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