16 DE SEPTIEMBRE
Último ensayo antes del estreno oficial. El haber hecho varios preestrenos ayuda a mitigar las tensiones. Seguimos con pequeñas correcciones de detalle, con tranquilidad. Víctor y Luis son una vez más esenciales para la atención al detalle. Hay cierta preocupación con la pendiente del escenario del Principal, pero creo que no será demasiado problema. Dedicaremos atención especial mañana a las escenas en las que puede afectar más. Por lo demás, sigue, y seguirá estos días, la sobredosis mediática que procuro llevar con espíritu olímpico. Hay buen ambiente para el estreno. Los actores se han ido creciendo, como debe ser. Han hecho un gran trabajo. El espectáculo ya es suyo.
2 comentarios
pedro -
Pero para mí, ayer te lo dije, y creo hablar en nombre de mis compañeros, tu trabajo y sobre todo tu existencia han cambiado mi trabajo. Hay cosas que antes de ponerme en tus huesos no hubiera sido capazde hacer sobre un escenario con el nivel de calidad al que me tengo obligado.
Me has abierto ventanas, cara de ruso, ventanas de esas que uno ya no puede cerrar. Cada frase que desde ahora salga de mi garganta, cuando esté sobre un escenario con alguien abajo mirando, le deberá algo a esa energía tan tuya que hace que las agujetas, el dolor muscular y los desasosiegos del esqueleto se conviertan en una religión, algo necesario y que nos hace mejores cada vez que la frente se acerca un milímetro más a las rodilas.
En fin...Que hemos hecho las cosas como dios manda. Sólo nos queda que algún encorbatado sensible y no demasiado mezquino, se convenza de que el arte es un termómetro perfecto de la vida de una comunidad. Y que no sólo es necesario, y que... Ya me ha subido el segundo café y me pondría a escribir tratados, pero, mejor pensado, me voy a tirar al suelo, voy a convocar al dios de las espaldas y esperaré pacientemente la hora de la función de hoy.
Y ahora unas palabras para los ciudadanos: esto somos capaces de hacer por y para vosotros con los impuestos que os arrancan. Enteraos de una vez: somos vuestro cómplices. Los enemigos son otros, y algunos estaban sentados a vuestro alrededor anoche. Al loro compañeros. Son ellos los que programan las guerras. ¿Vosotros irías hoy en día, mañana mismo, digamos, a defender la Zaragoza esta de la expo bayoneta en mano? ¿Mataríais hoy a alguien, por ejemplo, si os lo pidiera Palafox?
Víctor Orive -
Acabamos el ensayo y Mariano me manda: ¡Ala, a escribir!... Pues entre renglón y renglón dejo que caigan unas letras por aquí, ya que de escribir, largo es lo que Mariano lleva escrito en este blog... y porque ante todo, es su escritura a ante con contra de desde hasta hacia para por sobre tras los SITIOS, intensa, personal, honda, piadosa, osada, desbordante, desgarradora, afilada, comprometida... en fin, seguiría, ya que aún no deja de sorprenderme... Cada día que escucho a los actores darle vida, todavía me encuentro con algo nuevo, raro es el ensayo en que no consiga emocionarme en algún momento... sólo por eso ya ha merecido la pena haber compartido esta etapa con todos vosotros...
Y hoy me ha pasado: sentado en las gradas de nuestro primer sala de ensayo en la Escuela de Teatro, tomaba conciencia de que el último ensayo de este ciclo se cerraba en el mismo espacio que empezó acogiendo nuestras primeras pesquisas en el intento de dar forma escénica a tanta tinta derramada durante varios años por Mariano.
Me suele atacar en este tipo de momentos el clic del dictador interno: podías haber hecho más (algo así como lo que se decía Schindler al final del holocausto nazi, salvadas las distancias) hoy he preferido no escucharle (como dice Mariano, la obra ya es de los actores danzantes), y es que hay algo del creador que inevitablemente empieza a morir para permitir que un estreno nazca
Reitero mi agradecimiento a todo el equipo de la producción y hoy, en especial, os doy gracias a vosotros, quienes ponéis la voz, el cuerpo y el alma a nuestro trabajo y que en uno u otro momento, me habéis tocado la fibra del corazón con vuestro arte:
- Gracias por conmoverme, Javier, con la pólvora de tu voz y de tu ser:
Hijo de ti, de la patria, de las luces, de la fraternidad universal
A ver si de una vez acaba todo
Y el cielo se abre y la tierra se abre
Y queda prohibido de una vez el estruendo del mundo
Y todo de una vez ya siempre nada.
- Gracias por conmoverme, Inma, con el mar de tu voz y de tu ser:
Como una flor suicida en el desierto,
Como una vida en la costumbre muerta,
Como un terror de ser sin borraduras.
Un eco de verdad ya disipándose,
Sin virtud, sin valor, sin descendencia,
- Gracias por conmoverme, Gema, con la arboleda de tu voz y de tu ser:
Alrededores, torres, huertecicas,
acequias mondas, ásperos cabezos...
¿Dónde los nombres que no sean los nombres de la muerte? ( )
¿Dónde el silencio que no sea el silencio estrepitoso de la muerte? ( )
¿Qué escena ensayaremos que no sea la vieja gran escena culminante de la muerte?
- Gracias por conmoverme, Amanda, con la sangre de tu voz y de tu ser:
Sacúdeme el ramaje de brazos plañideros.
Inúndame de manos las manos desoladas.
Estrújame los pechos, colinas de secano.
Encrespa los pezones que el horror atrinchera.
Chupa todas las gotas de niebla de mi vientre
- Gracias por conmoverme, Pedro, con el ejército de tu voz y de tu ser:
Vosotros que estáis fuera descansando de este circo de estúpidos horrores,
vosotros que estáis muertos, ¿tenéis sueño? ( )
¿Podéis desconocer, vosotros sin recuerdo,
la muerte de uno solo de los vivos?
Vosotros sin palabra, ¿tenéis tiempo?
Vosotros que estáis muertos,
¿soñáis como nosotros con la vida?
- Gracias por conmoverme, Alfonso, con el mármol de tu voz y de tu ser y de tu ser:
¡Hop! Mejor así: un gesto simple y decidido,
una caracterización directa y fácil.
Y sin más una breve y eficaz exhibición de habilidad,
que no es exactamente habitual en el oficio, pero ofrece un sabor particular
- Gracias por conmoverme, Silvia, con la guerra, el cierzo, la destreza de tu cuerpo y de tu ser:
Retumbar de tambores, estridor de trompetas y también ( )
Hace frío. Hay ruinas de sudores ( )
donde el cantar, donde el amor, donde la risa había,
donde la tregua del escalofrío
o el trémulo mirarse de los atardeceres a la vera del río del otoño (...)
- Tenemos bailarinas, ¿no les parece?
- Yo olvidé anteayer mi mano izquierda sobre una bailarina callejera.
- En un pueblo de Teruel llovieron bailarinas.
Gracias a todos por devolverme a mi patria, por ser también mi patria, puesto que la Patria es una acequia verdecida, un brote de hierba en el tejado, el peso del halo de la luna menguante, el viento a lo lejos cantando, la historia del náufrago que huyó con la sirena, un tormo de sal en el recuerdo, un adobe todavía húmedo, un adiós a lo que nunca fuimos...
Gracias a vosotros, compañeros diarios, Mariano y Luis, que de nuevo aliviáis y compartís eso en que uno confía:
que Vivir no es lo contrario de morir.
Es algo que no sé cómo decir pero existe, lo sé, algunas veces lo sé.