7 DE JULIO
Aire de lunes, un poco más relajado. Alguna ausencia, algunos retrasos, todo justificado. Pero se trabaja, que no decaiga. Primero con Silvia, como siempre. Qué sería de nosotros sin ella. Hoy la noticia es la llegada de Marie Laure, nuestra agente doble en Francia. En su famosa mochila mágica trae primeros bocetos de figurines. Comentamos por primera vez en vivo, después de sucesivos contactos electrónicos. Tal vez habrá que alejarse un poco más del realismo. Empieza a ver el trabajo de los actores, seguiremos en ello. De su sensibilidad e inteligencia hay pruebas sobradas. La base será el lino, muy trabajado, en tonalidades grises y pardas, con huellas de colores apagados.
Seguimos trabajando el coro, inicialmente sólo sobre el texto, concretando matices fonéticos y rítmicos. Vamos conectando la estructura rítmica del texto con el movimiento. Ya va sonando de otra manera, pero no hay que dormirse.
Abordamos luego, y ahí seguimos el resto de la mañana, la escena de Agustina. Es delicada: exige saltar muy rápidamente de un tono cómico de parodia televisiva a un tono completamente serio, en cierto modo romántico (Goya, Delacroix, Géricault, andan por ahí). Podemos divertirnos y pasarnos bastante con la parodia de reportaje televisivo. A sugerencia de Luis incorporamos a Alfonso y Javier como personajes de esos que se asoman a la cámara. Trabajadores de las brigadas que han montado el escenario y se quedan por ahí para la tele. Gema y Pedro (Agustina y amante) no son -¿o sí?- los personajes "de verdad": se colocan para el reportaje. A Amanda (reportera) le encanta el cachondeo, le permitiré incluso alguna morcilla. No hay cámara, la cámara es el espectador. Cuando desaparece la reportera, la situación cambia por completo. Entre Gema y Pedro (que abandonan sus actitudes tópicas) hay una intimidad a distancia (con las ruedas por medio) que puede funcionar muy bien. No se tocan ni se miran. La mirada hacia el público. Es realmente un amor imposible, extremadamente intenso.
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