28 DE AGOSTO
En Sabiñánigo, Anfiteatro de la Colina. Primer encuentro -feliz- con la escenografía al completo. Podemos ver por fin el panorama de fondo con el plano de los Sitios, el cortinaje de "El emperador" y la gran tela de seda de "El Ebro y el mar". Pruebas con los actores de adaptación al espacio, sin especiales problemas. Pruebas de iluminación a partir de la implantación que ya está dispuesta. Qué gusto encontrarse al fin en un teatro y empezar a disfrutar de la iluminación, que hace que todo cobre vida y carácter. Como de costumbre, el planteamiento de Javier y José Ramón acierta en el punto justo de lo necesario, adquiriendo mayor presencia en algunos momentos, cuando así lo pide la acción, y apostando en otros por una refinada sencillez. Por la mañana, ensayo de transiciones y ajustes de iluminación y sonido, corrigiendo matices sobre la marcha. Paramos a comer y por la tarde pase seguido, con tiempo después para correcciones. Mañana afinaremos algunas escenas y todas las transiciones. A estas alturas, lo que más van necesitando los actores es tener público. El sábado lo tendrán.
Todo el conjunto, viéndolo ahora con perspectiva, me remite más de lo que me esperaba a una versión renovada de la tradición de Brecht y el Berliner Ensemble: veo ecos de Madre coraje, del Señor Puntila, del Círculo de tiza caucasiano, de La madre... No es sorprendente, es la herencia de la que venimos y a la que honramos. Y al mismo tiempo, sin tontas moderneces, todo es muy actual.
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Pelai -