GRACIAS
Recojo con el agradecimiento que merece del blog de Javier Delgado (http://ulises.blogia.com) el texto que sigue:
Ayer acudí (como mucha gente: el teatro estaba prácticamente lleno) al estreno de "Sitios Saragosse" de Mariano Anós (y compañía). Lo pasé francamente bien, incluso me animé a aplaudir después de alguna escena, sin esperar al final. No entiendo por qué en Zaragoza "el público" permanece en un mutismo total durante las representaciones de teatro. Si hay algo que te gusta, ¡apláudelo! Si hay algo que te disgusta ¡sílbalo! El teatro se hace ahí delante, está vivo...y l@s espectador@s se supone que también.
El caso es que aplaudí varias veces porque me salió. Algun@ más se animó también en otros momentos. Y, desde luego, al final de la representación: el Equipo artístico en pleno subió al escenario a recibir merecidísimos aplausos y "bravos"
No voy a extenderme aquí sobre el texto, la música, la escenografía, la iluminación, la coreografía, el vestuario, la dirección...Sólo les diré - con carácter de urgencia - que la puesta en escena de "Sitios Saragosse" , precisamente en el Teatro Principal de Zaragoza en 2008, resulta un acontecimiento histórico. Histórico, más allá de lo teatral.
Seguramente eso esperaban los promotores de la Fundación 2008 (su presidente, J.A. Armillas recibió cientos de abrazos de enhorabuena), y eso es lo que realmente ocurrió.
¿Qué hace de "Sitios Saragosse" en la Zaragoza de 2008 un acontecimiento histórico? Dicho brevemente, que el maravilloso "auto sacramental" (porque eso es lo que me parece que es) de Mariano Anós (y compañía) sobre los desastres de la guerra hinca los dientes de la poesía en la carne trémula de l@s defensor@s de una ciudad sitiada y no suelta su presa en ningún momento para "ensalzar" a los jefes ni a las "grandes ideas" que fomentaron la masacre. Nunca hasta ahora se había presentado a los ojos de l@s zaragozan@s el horror de la muerte que se adueñó de la ciudad mientras los "grandes" y "grandecicos" hacían sus carreras hacia la gloria.
Un humor descarnado y un temblor inquietante mueve objetos y personajes en un escenario que, presidido por un inmenso plano del sitio de Zaragoza, se transforma en escenario del mundo en guerra, de pueblos enteros en guerra, de hombres y mujeres ante, bajo, cabe, con, contra, de, desde, en, entre, para, por, según, sobre, tras...la guerra.
El espectáculo imaginado por Mariano Anós permite, por la calidad de cada uno de sus elementos y por la calidad del brillante conjunto que forman, una recepción en la que no es necesario el acuerdo. No se trata de estar de acuerdo con la propuesta de "Sitios Saragosse", porque no parece que se haya tratade de presentar una obra para el acuerdo, sino para la polémica. Se trata, eso sí, y mucho, de disfrutar: percibir y de vibrar y, sobre todo, de pensar. Porque resulta poco menos que imposible no pensar mientras se recibe el espectáculo desde su principio hasta su final.
Por destacar algo (que no hace falta), destacaré aquí tres elementos:
. La belleza tremenda del texto de Mariano Anós, cuyos versos calan como una lluvia fina en l@s espectador@s: temas, subtemas, variaciones y alusiones. Un texto, si se me permite la expresión, "barroco", en lo que de mejor tiene nuestra tradicción literaria.
. La increíble coordinación de cuerpos y voces en el escenarios: cuerpos en danza y voces en muchos registros. Actrices y actores hacen algo más que presentar y "representar" porque no sólo se mueven y dicen, sino que sugieren.
. La emocionante conjunción del movimiento de los personajes con la música, la iluminación (espacios sobreañadidos, ambos de gran intensidad expresiva) y lo que suele llamarse "atrezzo": un espacio físico contundente dotado de maquinarias que escenifican la construcción urbana y la destrucción de la ciudad.
¿Han comprado ya sus entradas?
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