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14 DE JULIO

14 DE JULIO

Hoy es la fiesta nacional francesa. (Recuerdo a Brassens: "La musique qui marche au pas, cela ne me regarde pas"). Estamos trabajando contra las fiestas nacionales, contra los entusiasmos patrióticos. Por la vida común. Buen momento para empezar el trabajo de Víctor. Bienvenido, amigo. (Ayer ya estuvimos reunidos en el estudio de José Luis, con Víctor y Silvia, escuchando y comentando músicas y repasando los esbozos de puesta en escena). Un aplauso para Silvia, que ha hecho un gran avance de preparación. Mañana se nos va unos días, a bailar por ahí. Traspaso de poderes: Víctor queda nombrado Ministro Secretario General del Movimiento.

Se pone enseguida a observar, a sugerir, a inventar, a organizar el movimiento, siempre en relación con las emociones. No deja de asombrarme la intensidad y la rapidez con la que actúa, resolviendo en unos segundos problemas complejos. Partiendo del boceto planteado por Silvia, trabaja sobre el coro inicial, que va cobrando vida por momentos. "En el cuerpo está la historia, en las manos las palabras", algo así dice, y lo vemos. Hay algo de imaginería sagrada barroca. Un ritual, una liturgia desacralizada para empezar a dirigir la atención del espectador hacia una temporalidad destilada, que servirá de fondo para ir ir sosteniendo derivas muy diferentes.

Una ojeada a la dispersión y cambio brusco de ritmo inmediatamente posterior ("Vienen"), que funciona, aunque habrá que organizarla en detalle. Algo empieza a organizar Víctor el final, para enlazar con "A las armas". De acuerdo con Luis y Víctor replanteamos la iconografía. El primer coro se forma en actitud heroica (Luis sugiere Iwo-Jima), formando una escalera a la que trepa Silvia. Ahora saltamos a un grupo escultórico romántico. Desde ahí se deshace dejando caer a Silvia: desmontaje del heroismo. Un apunte para la transición a la tertulia, que seguiremos desarrollando, enriqueciendo la coreografía de las sillas. Pasamos a la sucesión de escenas de madre, hijo y soldados, apuntando también bases para desarrollar. Ni Pedro ni Alfonso han hecho la mili: tendrán que practicar la instrucción, a estas alturas. Por último, una revisión de "Silencio", con algunas primeras precisiones. (Marie Laure está por ahí, siempre sentada en el suelo, observando, tomando notas, rumiando ideas. Hablamos brevemente sobre el personaje de Silvia, que se va concretando dentro de su abstracción. Creo que es un poco el Ariel de "La tempestad", un espíritu escurridizo, capaz de transformarse y generar tormentas o bonanzas. No tendría cambios de vestuario).

Hemos comenzado con buen ánimo una nueva etapa. Adelante.

2 comentarios

Mariano -

De derrota en derrota hacia la dignidad final. Un par de segundos ya bastarían, pero habrá más. Se lo debemos a unos cuantos.

pedro -

Escribo desde un locutorio de Madrid. Huele a sudor y las diez o doce personas que comparten el aire viciado conmigo me hacen pensar en derrota: vivimos derrotados, tras batallas que no recordamos ya haber librado.
He tenido que abandonar el ensayo de mañana para hacer un puto capítulo de una puta serie para la puta televisión. ¡Si no tuviéramos que compensar los sueldecillos! He hablado con Silvia de eso en el descanso de esta mañana: ¡Qué alegría de vivir si sólo tuviéramos que localizar y cazar peces dorados! Pero vivimos en España, ese país por el que somos derrotados cada mañana, y la gente como nosotros no tiene derecho todavía a ser considerada necesaria. En fin.
La foto de hoy habla claro: estamos llegando a la veta buena y creo que ya hemos arrancado a la derrota un par de segundos de arte del bueno, del grande, del imprescindible, del que gana batallas, del que se enfrenta a la muerte sin bayonetas ni paises.
Mañana os echaré de menos, queridos soldados, querido general, queridos comandantes. Abajo las patrias. Arriba las mañanas.